Por Eitan Cruz 24/3/2025
Semáforo de importancia 🟢
La guerra civil del Congo: la guerra más olvidada del siglo XXI
Contexto y causas
El conflicto se originó en un contexto de crisis prolongada. El dictador Mobutu Sese Seko, en el poder desde 1965, había llevado al país (entonces llamado Zaire) a la bancarrota mediante corrupción sistémica, clientelismo y represión. Su régimen se mantenía gracias al apoyo de potencias extranjeras durante la Guerra Fría, pero con la caída del Muro de Berlín, su influencia se desmoronó. Además, tras el genocidio de Ruanda en 1994, millones de refugiados hutu, incluyendo milicianos implicados en las masacres, cruzaron la frontera y se instalaron en campos en el este del Zaire. Esto desató una crisis de seguridad regional, ya que Ruanda veía esos campamentos como bases de ataques.
Las fuerzas rebeldes fue una coalición liderada por Laurent-Désiré Kabila, formada por grupos de oposición interna y respaldada militarmente por Ruanda y Uganda. Las fuerzas de Mobutu eran un envejecido y desorganizado ejército zaireño, junto a mercenarios extranjeros contratados apresuradamente para defender al régimen.
el desenlace de esta campaña rebelde fue fulminante. En menos de un año, Kabila derrocó a Mobutu, tomó el control del país y lo rebautizó como República Democrática del Congo. No obstante, la alianza entre Kabila y sus patrocinadores regionales pronto se fracturó, y la paz fue efímera.
Entrando en materia
Tras su llegada al poder, Kabila rompió con Ruanda y Uganda, exigiendo la retirada de sus tropas y asesores del país. Las tensiones aumentaron cuando Kabila no logró neutralizar a los rebeldes hutu en el este, algo que sus antiguos aliados consideraban una amenaza directa. Además, ambiciones económicas sobre los vastos recursos congoleños, especialmente minerales estratégicos como el coltán, aceleraron el estallido del nuevo conflicto.
los participantes mas relevantes en este evento fueron las Fuerzas anti-Kabila: Incluían a Ruanda, Uganda y grupos rebeldes congoleños como el RCD y el MLC, que controlaban grandes extensiones del país. Por otra parte estaban las Fuerzas pro-Kabila: Incluían a una alianza de países africanos como Angola, Zimbabue, Namibia, Chad y Sudán, cada uno con sus propios intereses estratégicos o económicos en juego.
La guerra fue una catástrofe humanitaria. Más de 5 millones de personas murieron, la mayoría víctimas de hambre, enfermedades, y desplazamientos forzados, se cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad, incluyendo asesinatos en masa, violaciones sistemáticas y reclutamiento de niños soldados, la infraestructura nacional colapsó: hospitales, escuelas, caminos y sistemas básicos de gobierno desaparecieron en muchas regiones, surgieron economías de guerra, con actores locales y extranjeros explotando minerales ilegales para financiar el conflicto.
En 2003 se firmaron acuerdos de paz que llevaron a la formación de un gobierno de unidad nacional. Aunque esto supuso el fin oficial de la guerra, la fragmentación del país y el colapso del Estado dejaron un vacío que nunca se cerró por completo.
Fuerzas rebeldes y Fuerzas de Mobutu
Cambiado el enfoque: a través de el constructivismo
Paralelamente, el Congo fue representado como un Estado fallido, lo que permitió que Ruanda y Uganda justificaran su injerencia como “misiones de estabilidad”. La debilidad estructural del Estado congoleño, heredada de décadas de corrupción bajo Mobutu, permitió que lealtades locales y étnicas reemplazaran la identidad nacional. La comunidad internacional no logró imponer límites efectivos a la intervención extranjera ni a la explotación de recursos, lo que facilitó la internacionalización del conflicto.
Ruanda promovió una narrativa de lucha contra “genocidas hutus”, legitimando sus incursiones bajo el discurso de la seguridad, aunque también perseguía recursos estratégico mientras Kabila se presentó como líder de una “liberación nacional”, adoptando un discurso antiimperialista que apelaba al nacionalismo congoleño, aunque replicó muchas prácticas corruptas del pasado.
Otras perspectivas: desde el realismo y el liberalismo
Realismo
El realismo ve la Guerra del Congo como una lucha por poder y supervivencia en un sistema sin autoridad central. Ruanda y Uganda actuaron racionalmente para neutralizar amenazas (como los grupos hutus) y aprovechar los recursos del Congo (coltán, diamantes). La soberanía congoleña fue ignorada en nombre del interés nacional. Las alianzas cambiantes, como la ruptura entre Kabila y Ruanda, se entienden como estrategias pragmáticas en un entorno competitivo. Para el realismo, este conflicto es una expresión clara de la anarquía internacional y la búsqueda de poder.
Liberalismo
Desde el liberalismo, el conflicto refleja un fracaso de las instituciones nacionales e internacionales. La debilidad del Estado congoleño y la falta de gobernanza permitieron la intervención extranjera y el saqueo de recursos. La ONU y otras organizaciones no lograron prevenir ni contener el conflicto. El liberalismo propone fortalecer las instituciones congoleñas, promover acuerdos de paz inclusivos y reforzar la cooperación internacional. La guerra es vista como resultado del vacío institucional y la falta de mecanismos efectivos para resolver disputas y garantizar la estabilidad.
¿Cuál es la relevancia de la guerra civil del Congo en la actualidad?
A pesar de que la guerra civil concluyó oficialmente en 2003, la violencia no ha cesado en la región. Grupos armados como el M23, las FDLR y diversas milicias locales mantienen una fuerte presencia en las provincias de Kivu e Ituri, donde continúan cometiendo atrocidades. La población civil sufre consecuencias devastadoras, incluyendo desplazamientos masivos, violencia sexual sistemática, reclutamiento forzado de menores y la explotación ilegal de los recursos naturales. La sombra de la intervención extranjera sigue proyectándose sobre el este del Congo. Ruanda y Uganda, países vecinos, son frecuentemente acusados de respaldar a ciertos grupos armados para mantener influencia en la zona. Esta injerencia ha perpetuado las tensiones diplomáticas en la región de los Grandes Lagos africanos, dificultando cualquier avance hacia la estabilidad duradera.
La riqueza mineral del Congo, especialmente el coltán, el oro y otros metales estratégicos, sigue siendo un botín disputado. Estos recursos son extraídos ilegalmente o bajo el control de grupos armados, alimentando un mercado negro que financia la violencia. Paradójicamente, estos mismos minerales terminan integrados en las cadenas de suministro globales, vinculando a grandes empresas tecnológicas con el conflicto congoleño. La ausencia del Estado en amplias zonas del territorio congoleño ha creado un caldo de cultivo para la corrupción, el clientelismo político y la impunidad. Aunque la MONUSCO, la misión de paz de la ONU en el Congo, permanece desplegada, su capacidad para proteger a la población y desarmar a los grupos rebeldes ha sido cuestionada reiteradamente por su falta de resultados concretos. El caso del Congo se ha convertido en un referente obligado para analizar fenómenos como los conflictos postcoloniales, las guerras por recursos naturales y las limitaciones de las intervenciones internacionales. Además, ocupa un lugar central en los debates contemporáneos sobre justicia internacional, derechos humanos y la responsabilidad de las corporaciones multinacionales en zonas de conflicto.
Conclusión:
Las Guerras del Congo son una manifestación extrema de cómo el legado del colonialismo, la inestabilidad regional, la codicia por recursos naturales estratégicos y la debilidad institucional pueden converger para dar lugar a uno de los conflictos más complejos y mortales de la era contemporánea. A pesar de su magnitud —millones de muertes, desplazamientos masivos y violencia sistemática—, ha sido ampliamente ignorado en el escenario global, mereciendo el título de “la guerra más olvidada del siglo XXI”.
Entender lo que ocurrió —y lo que sigue ocurriendo— en la República Democrática del Congo no es solo una necesidad académica, sino un imperativo ético. Implica dar visibilidad a quienes han sido silenciados por la historia, cuestionar la jerarquía global que invisibiliza ciertos sufrimientos, y comprometerse con un futuro donde la justicia, la dignidad humana y la paz sean realmente universales.
Referencias:
Wikipedia. (s.f.). Guerra civil del Congo. Wikipedia. Recuperado el 23 de abril de 2025, de https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_civil_del_Congo
DW. (2024, 8 de abril). Lo que hay que saber sobre el conflicto en el Congo. Deutsche Welle. https://www.dw.com/es/lo-que-hay-que-saber-sobre-el-conflicto-en-el-congo/a-71440066
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Pérez Sánchez-Cerro, J. L. (2018). El constructivismo en las relaciones internacionales. Revista Peruana de Derecho Internacional, 68(159), 49–80. https://doi.org/10.38180/rpdi.v68i159.780



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